Nota Preeliminar

Humberto Salazar


En virtud de sus 39 años de existencia, e+a (enseñanza más aprendizaje), revista educativa de la Escuela de Graduados de la Escuela Normal Superior "Profr. Moisés Sáenz Garza" (Nuevo León, México) se ha convertido en la publicación de tema educativo más longeva de la entidad.

Su número inicial apareció en diciembre de 1979, editada por David Martell Méndez, responsable editorial en la Normal Superior y maestro de la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL, donde era asimismo el editor de la revista de esa Facultad, Cathedra.

Desde su origen, e+a puede considerarse una publicación inserta plenamente en la tradición de las buenas publicaciones culturales de Nuevo León, que inicia desde la segunda mitad del siglo XIX y llega hasta nuestros días. Entre las revistas educativas, la primera fue La Escuela Primaria, que publicó el ingeniero y educador Miguel F. Martínez a partir de 1882. Después vendrán la Revista Pedagógica, que apareció entre 1884 y 1898, y La Escuela Nuevoleonesa, que editó el educador Pablo Livas entre 1905 y 1912. De esta última, cuenta el historiador Israel Cavazos que tuvo una gran circulación no solo en nuestro estado sino incluso a nivel nacional.

Pero los trabajos sobre temas educativos no han aparecido solamente en revistas especializadas. También se han publicado en las publicaciones culturales y universitarias de la ciudad, y en los periódicos de circulación diaria, desde la segunda mitad del siglo XIX. De modo que podemos encontrar colaboraciones del tema en periódicos de fines del siglo XIX y principios del XX como The Monterrey News, La voz de Nuevo León, El espectador, La Defensa y El porvenir; en revistas universitarias como Universidad, Armas y Letras, Vida universitaria, Humanitas, Cathedra, Deslinde y Trayectorias; en periódicos y revistas estudiantiles a todo lo largo del siglo XX, desde la Revista Estudiantil del Colegio Civil hasta la miríada de periódicos y revistas publicados en la Universidad de Nuevo León como El Universitario, El Bachiller, El Chocolate, El ariete y un larguísimo etcétera; en periódicos de la segunda mitad del siglo XX como El norte, Más noticias, Tribuna de Monterrey, El Diario de Monterrey, ABC, Milenio, El regio; en publicaciones del Tecnológico de Monterrey como Trivium, Panorama, Claustro Académico, Cuadernos de Humanidades, Boletín de la Asociación de Maestros Eméritos, Integratec y Revista de Humanidades; en otras revistas universitarias como Diálogo y Verbum de la UDEM, Aprender a ser de la Universidad Mexicana del Noreste, el anuario Veritas de la Universidad Regiomontana, la revista Dinámica universitaria de la Universidad de Montemorelos, el boletín El semillero y la revista San Téofimo del Seminario de Monterrey; en suplementos culturales como El grillo verde, El volantín, Aquí vamos y Ensayo; y en publicaciones independientes como Crónica 7, Movimiento actual, Oficio, La tormenta, Coloquio, La nave, Política del Noreste, La quincena y15 diario. Miles de textos sobre temas educativos han aparecido en esas publicaciones y otras similares.

e+a pertenece, por tanto, a una larga tradición de publicaciones educativas y culturales en nuestro estado. También debemos decir que, en la propia Normal Superior, e+a no fue la primera publicación educativa, pues antes se editaron otras como el Periódico de la Escuela Normal Superior del Estado (en la primera mitad de los años sesenta), el Boletín del Laboratorio de Psicopedagogía (1968), la revista Ensayo (que se publicó en los años 1968-1969), Educación y sociedad (dirigida por Celso Garza Guajardo en 1971), Las armas de la crítica (en 1972, dirigida por Humberto Cueva)  y la revista Comunicación, en la primera mitad de los años setenta.

Revistas propiamente educativas ha habido pocas. Además de las pioneras mencionadas al inicio, y de las ya referidas de la Normal Superior, cabe mencionar algunas como Renacimiento, que llevaba como subtítulo "Revista Educativa Magisterial", que publicó entre 1937 y 1964 el profesor Raúl Valdés Benavides; La escuela, órgano del Centro Escolar Federal, que apareció a fines de los años cincuenta; Antorcha, revista de las alumnas de la Normal Rural de Galeana (años sesenta); Padres unidos, de la Asociación Estatal de Padres de Familia (principios de los noventa), EN (Escuela Normal), revista de la Escuela Normal Miguel F. Martínez (de fines de los noventa), y algunas publicaciones patrocinadas por la Secretaría de Educación en el estado, como Síntesis (1985-1991), Folios (1985-1986), Entorno (1992-1993) y SE Participa (1992-1993), entre otras.

Entre 1979 y 2003 e+a publicó 20 números, en tres épocas o etapas en las que tuvo diferentes directores o editores responsables y recogió trabajos que muestran los sucesivos paradigmas educativos imperantes en nuestro estado y en el país.

La primera época comprende los números 1 al 12, que se publicaron en 1979 (1), 1980 (2), 1981 (3), 1982 (4, 5, 6 y 7), 1983 (8, 9, 10 y 11) y 1984 (12). Es el momento inicial y la revista mantiene una cierta regularidad en su publicación. Los primeros dos números es dirigida por David Martell Méndez. El número uno incluye en su portada los descriptores siguientes: Documentos / Artículos / Noticias de libros.

En el directorio de su número inicial aparecen como coordinadores de la Escuela de Graduados los profesores Arturo Delgado Moya y Juan Francisco Pérez Ontiveros, pero en los números posteriores se incluye como titular de la institución al primero, y como secretario académico al segundo; debe considerarse a ambos como los creadores de la publicación. El director de la Escuela Normal Superior en el momento de crearse la revista era el profesor Francisco Cantú García.

Digamos unas palabras sobre su editor fundador. David Martell Méndez fue un editor de larga trayectoria en el ámbito editorial universitario. Iniciado en el periodismo estudiantil desde principios de los años cincuenta, fue el fundador y director de los periódicos El Universitario (1950) y El Bachiller, órgano de la Sociedad de Alumnos de la Escuela de Bachilleres de la UNL (1951). Poco después, a partir de agosto de 1951, cuando el profesor Alfonso Reyes Aurrecoechea se hace cargo del periódico del Patronato Universitario, Vida Universitaria, Martell Méndez se convertirá en el primer jefe de redacción de esta importante publicación, siendo ya alumno de la Facultad de Filosofía y Letras. En esta escuela universitaria cursará la carrera de Sociología en los años setenta, por el tiempo en que es también el editor de la revista institucional de la facultad, Cathedra (que publicó 13 números, entre 1974 y 1979).

1979, último año en que aparece Cathedra, será el año uno de la revista e+a. En ésta, Martell Méndez replica el modelo iniciado en la primera, de invitar a un artista plástico como ilustrador de cada número. Así, en su primera época, además de los textos, la revista publicará la obra gráfica de artistas locales y nacionales como Federico Cantú, Ricardo Escobedo Lozano, Alberto Cavazos, Armando López, César García Cavazos, Héctor Carrizosa, Pablo O'Higgins y Elena Huerta.

El directorio de la revista número 1 incluye como miembros del primer Consejo Editorial a Adriana Puiggrós (UNAM), Graciela Hierro (UNAM), Álvaro Sánchez (UNAM), Enrique Moreno y de los Arcos (UNAM), José G. Moreno de Alba (Colegio de México), Santiago Salas (UANL), Juan Francisco Pérez Ontiveros (ENSE), Arturo Delgado Moya (ENSE y UANL), Alfredo Gracia Vicente (ENSE) y David Martell (UANL).

Entre los colaboradores de la primera época se encuentran Adriana Puiggrós, Graciela Hierro, Ismael Vidales Delgado, Álvaro Sánchez, Jesús Mejía Núñez, Ricardo Escobedo Lozano, Romeo Flores Caballero, Arturo Delgado Moya, Juan Francisco Pérez Ontiveros, Esthela Ruiz Larraguivel, Carlos Rivera Fernández, Rubén Mascareñas Valadez, Magda Elsa Treviño Garza, Roberto Caballero Pérez, Enrique Moreno y de los Arcos, Carlos A. Peniche Lara, Susana Quintanilla Osorio, María Eugenia Guadarrama, Herón Pérez Martínez, Emilia G. López Portillo, Humberto Ramos Lozano, Michael C. Meyer, Victoria González Rodríguez, María Elva Huerta Treviño, María Luisa Santos Escobedo, Mirta Bicceci, Leonardo Iglesias González, María del Socorro González Guerrero, María de los Ángeles Jiménez, Adalberto Ferrández, Maricruz Samaniego, Libertad Menéndez, Benjamín Arditi, María Yolanda Pérez Rodríguez, José María Infante, Ángel Bassols Batalla, María Elena Quiroga Treviño, César Carrizales Retamoza, Enrique Sergio Garza, Raúl Rangel Frías, Emilio Chuayfett Chemor, Diódoro Guerra Rodríguez, Dante A. Delgado, Miguel Limón Rojas, Jesús Reyes Heroles, Alfredo Gracia Vicente, Benito Guillén Niemeyer, José O. Medel Bello, Santiago Salas de León, Ragueb Chaín Revuelta, América A. Santa Ana Dunham, Mariflor Aguilar Rivero, Daniel Gerber, José Juan Villarreal Villarreal, Larry K. Bright, Víctor M. Valle, Aída María Noval, Alicia González Garza, Hermilo Cisneros Estrada, María de los Ángeles Azuara, Jorge Rangel Guerra, Xavier Moyssén, Arturo Amao Martínez, Guillermo Schmidhuber, Javier Sánchez García, Roberto Villarreal, Carlos Gómez Flores, Porfirio Tamez Solís, Alfredo Penilla, Jaime Romeroll y Humberto Cueva García.

Un asunto digno de mención en esta primera época es que la revista incluye una importante sección de bibliografía comentada, al principio en textos breves y después en textos más extensos. Es una práctica que Martell importa de su experiencia anterior en Cathedra, y que por fortuna se mantiene con los editores sucesivos. A partir del segundo número la sección será temática, incluyendo los siguientes tópicos: Antonio Gramsci (número 2, pp. 151-236); miscelánea (núm. 3, pp. 184-215); metodología 1ª parte (núm. 4, pp. 223-244); metodología 2ª parte (núm. 5, pp. 207-222); pedagogía (núm. 6, pp. 227-251); revistas de ciencias sociales (núm. 7, pp. 227-253, preparada por Arturo Delgado Moya); revistas de educación (núm. 8, pp. 211-227, preparada por María del Socorro González Guerrero); revistas literarias (núm. 10, pp. 257-267, preparada por Victoria González Rodríguez); y revistas sobre teoría de sistemas (núm. 12, pp. 239-248, preparada por María del Socorro González Guerrero).

También cabe mencionar que un número de esta época es cabalmente monográfico, el número 9 (de junio de 1983), que recoge los trabajos presentados en el Foro de Consulta Popular sobre la Descentralización Educativa realizado en la ciudad de Querétaro, en febrero de 1983, incluyendo los mensajes de los funcionarios educativos de la Federación y los estados; y otro lo es parcialmente, el número 12 (publicado en febrero de 1984), pues incluye una sección de artículos misceláneos y después recoge los trabajos de una Reunión de Consulta sobre el Desarrollo Cultural de Nuevo León realizada en mayo de 1983.

En el número 3 la revista cambiará de editor. En ese número lo será el doctor Juan José García Gómez, profesor del Colegio de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL y conductor de programas televisivos sobre temas literarios.

A partir del número 4 la revista cambia nuevamente de editor. La responsabilidad recaerá ahora en Argentina Argelia Santa Ana, editora de amplia trayectoria en diferentes entidades del gobierno estatal y en forma independiente; de hecho, en la página legal aparece como editora en su calidad de jefa del Departamento Editorial de la Secretaría de Educación y Cultura. También, a partir de este número, se integra al Consejo Editorial el connotado lingüista José Pascual Buxó, y la revista cambiará su periodicidad de semestral a tetramestral.

Después de esos primeros doce números aparecerá, cinco años después, el número 13 en julio de 1989, dedicado a recordar el centenario de Alfonso Reyes. Este número aparece dirigido por Rogelio Reyes Reyes, entonces jefe del Departamento Editorial de la Escuela de Graduados, con un Consejo Editorial integrado por Germán Cisneros Farías, Arturo Delgado Moya, Jesús García García, José Guadalupe Garza, Alfredo Gracia Vicente, Manuel Pérez Ramos, Francisco Javier Pérez, Raymundo Ramos Lozano, Rogelio Reyes Reyes y Argentina Argelia Santa Ana.

En esta entrega, la revista deja el tema educativo para abordar la obra y el legado del humanista regiomontano. Sin embargo, varios de los trabajos relacionan el tema alfonsino con el educativo: el de Germán Cisneros Farías ("El ángulo pedagógico de Alfonso Reyes"), el de Manuel Pérez Ramos ("El regiomontano universal en la secundaria") y el de Antonio Ayala Lozano ("Alfonso Reyes, ejemplo pedagógico"). Los demás tratan la obra y trayectoria de Reyes desde la perspectiva literaria: Emmanuel Carballo, Alfonso Rangel Guerra, Humberto Cueva, Rogelio Reyes, Alfonso Reyes Aurrecoechea y Alfredo Gracia Vicente. El número se completa con una pequeña muestra de textos del propio Alfonso Reyes y una bibliografía alfonsina preparada por José Ángel Rendón. Las ilustraciones son de Gerardo García Cruz.

Este número no tendría continuidad. Será hasta ocho años después cuando aparecerá un nuevo número, el 14, en noviembre de 1997, también bajo la dirección de Rogelio Reyes Reyes. En portada lleva el subtítulo "Práctica docente e Investigación". Tendrá un nuevo Comité Editorial, en el que se repiten algunos miembros anteriores y aparecen otros nuevos como Humberto Sánchez Vega, Mario Aguilera Mejía, Benigno Benavides Martínez, Sara Viera Padilla y Gloria Esther Horta. Será también un número único, sin línea de continuidad inmediata. En esta entrega se incluyen colaboraciones de Humberto Cueva García, María Eugenia Rodríguez Flores, Benigno Benavides Martínez, Sara Viera Padilla, Ismael Vidales, Manuel Pérez Ramos, Gloria Esther Horta Vega y Rogelio Reyes Reyes.

Los números 13 y 14 no se autodenominaron como una "nueva época" de la revista cuando se publicaron. Solo se constituyeron en una "segunda época" en forma ex post facto, pues algunos años después, al reaparecer la revista en junio de 2000, su número inicial se autobautiza como el primero de una "tercera época".

En su tercera época la revista recupera la continuidad editorial y publica 6 números: el 1 en junio de 2000, el 2 en noviembre de 2001, el 3 y el 4 en mayo y noviembre de 2002,  el 5 y el 6 en mayo y noviembre de 2003. El número 1 no tiene editor responsable; quienes aparecen como artífices de la revista eran empleados de Grafo Print Editores, taller donde se imprimía. A partir del número 2 aparece como director editorial Benigno Benavides Martínez y como editor Óscar Efraín Herrera. Esta misma fórmula se mantiene en los siguientes cinco números (2 al 6).

En el número inicial de esta época aparecen como miembros del Consejo Editorial: Eva María Piñón Tovar (directora de la ENSE), María del Socorro González, Manuel Pérez Ramos, Benigno Benavides Martínez, Juan Román Higareda, Rogelio Reyes Reyes, Carlos Hernández Yáñez, Humberto Sánchez Vega y Héctor Franco Sáenz. En los números sucesivos se agregarán otros: María Eugenia Rodríguez Flores, Nancy Zambrano Chávez, Pablo Cervantes Martínez y Arturo Vélez Sobrino.

Los principales colaboradores de esta época son: Eva María Piñón Tovar, José Luis Gutiérrez Lobatos, Ismael Vidales Delgado, Alberto Villegas Cedillo, Sara Viera Padilla, Héctor Franco Sáenz, Benigno Benavides Martínez, Pablo Cervantes Martínez, Rogelio Venegas Caballero, Cástulo Hernández, Juan Jesús Pardo Flores, Manuel Pérez Ramos, María Sylvia Jaime, Imelda Montejano Carrillo, Juan Sánchez García, Isaías Herrera Torres, María Eugenia Rodríguez Flores.

Entre lo más destacable de esta tercera época, cabría señalar que a partir de su segundo número le confiere a la revista una estructura de contenido, dividida en dos secciones, una ensayística, de carácter monográfico, y otra miscelánea con reportes y avances de investigación. Así, las secciones monográficas sucesivamente abordadas serán "La educación en el contexto de la globalización" (núm. 2), "Tolerancia, inclusión y educación para la paz" (núm. 3), "Virtualidad en la educación" (núm. 4), edición especial por el vigésimo quinto aniversario (núm. 5), y "La educación y los derechos humanos" (núm. 6).

Si analizamos el tipo de trabajos que e+a publicó a lo largo de los años en sus primeras tres épocas, nos percataremos de que, como el resto de las revistas de educación de los años setenta, ochenta, noventa y dosmiles, transita poco a poco de los escritos de carácter ensayístico a los trabajos más marcadamente derivados de la investigación educativa. En la tercera época es cuando se adquiere el compromiso de promover los trabajos de investigación, compromiso que se busca fortalecer en su cuarta época.

El sueño editorial posterior a la tercera época será más largo que los anteriores, pues durará once años, de 2003 a 2014. En su cuarta época, la revista renace para recordar el 35 aniversario de la fundación de la Escuela de Graduados (diciembre de 2014). La revista se publica nuevamente en periodicidad semestral, y entre diciembre de 2014 y mayo de 2018 edita ocho números: 2014 (1), 2015 (2 y 3), 2016 (4 y 5), 2017 (un número doble 6-7) y 2018 (8).

En esta cuarta época el editor responsable es el autor de esta nota, y el Consejo Editorial estará formado por Germán Cisneros Farías, José Luis Cavazos Zarazúa, Rafael Garza Mendoza, María del Socorro González Guerrero, Isaías Herrera Torres, Humberto Leal Martínez, Mario Martínez Silva, Alfonso Ramírez Reyes, Rogelio Reyes Reyes, Juan Sánchez García y Víctor Zúñiga González.

En esta época, que es la actual, la revista se publica con la colaboración del Fondo Editorial Nuevo León, dirigido por Carolina Farías Campero, con Dominica Martínez como directora editorial y Eduardo Leyva como diseñador de la publicación.

La revista presenta diferentes secciones: Investigación educativa (reportes y avances de investigación), Paideia (artículos y ensayos de temas educativos y culturales en general), Ex votos (textos breves de carácter memorialístico o de homenaje a educadores o instituciones), Dialógica (entrevistas), Varia invención (textos literarios), Reseñas y comentarios. Aunque publica textos sobre temas históricos o culturales, predomina significativamente el material de tema educativo.

El primer número de esta época fue un número antológico que incluyó trabajos que aparecieron en los 20 números de sus primeras tres épocas. A partir del segundo, se presentan las secciones ya comentadas. En esta nueva época la revista no incluye ilustraciones ni fotografías, con excepción de las que contienen los trabajos de investigación.

En esta etapa la publicación mantiene sus propósitos anteriores de servir de foro a los docentes investigadores de la Escuela de Graduados y de la Normal Superior, así como a investigadores de otras instituciones formadoras de docentes, universitarias y de educación superior en general, no solo en nuestro estado sino a nivel nacional.

Se parte del supuesto de que la investigación educativa es fundamental para la formación de los docentes en general, y con mayor razón para la de los especialistas, funcionarios e investigadores. Las normales de nuestro país transitan, con mayor o menor avance según sus diferentes puntos de partida, hacia su plena constitución como instituciones de educación superior, con todo lo que ello implica: mejoramiento constante del perfil académico de sus docentes, integración de cuerpos académicos y desarrollo de la investigación multidisciplinaria sobre temas y problemas educativos.

La investigación educativa no solo contribuye a la formación de los docentes, también es base o fundamento para la evaluación y el diseño de programas y políticas públicas educativas para el estado y el país. Por ello es que la agenda de la investigación educativa debe privilegiar, además de los intereses propios de los investigadores y de las instituciones en que participan, los trabajos que contribuyan a la solución de los problemas más acuciantes de nuestra educación en sus diferentes tipos y modalidades, para contribuir en forma importante al desarrollo educativo y social de México por medio de la evaluación de los programas y políticas, la investigación y la innovación educativas.

El resurgimiento de la revista a partir de 2014 obedece a la necesidad de contar con un espacio para la publicación de trabajos de investigación educativa.

A partir del año 2000 se multiplicaron en Nuevo León los programas de nivel superior vinculados con el estudio de la educación desde diferentes perspectivas disciplinarias. Actualmente trabajan en la entidad un gran número de investigadores que desarrollan investigación educativa. Tan solo en la Universidad Autónoma de Nuevo León, hay más de 60 investigadores miembros del SNI que trabajan líneas de investigación relacionadas con la educación, en las facultades de Filosofía, Trabajo Social, Psicología, Economía, Ciencias Políticas, Enfermería, Comunicación y Derecho; pero lo mismo ocurre en diferentes áreas y departamentos del Tecnológico de Monterrey, la Universidad de Monterrey y la Universidad Regiomontana, así como en instituciones de posgrado como el CIESAS, el Colegio de la Frontera Norte y la Universidad Pedagógica Nacional. La creación, en 2008, del Instituto de Investigación, Innovación y Estudios de Posgrado para la Educación, IIIEPE, vino a consolidar esta idea fundamental de la importancia de la investigación educativa para el mejoramiento de nuestras instituciones y nuestro sistema educativo.

Las normales públicas del estado, que se encuentran entre las más importantes a nivel nacional por la calidad de sus egresados y por el perfil de sus docentes, no han sido ajenas a este desarrollo reciente de la investigación educativa, pero hay que reconocer que, más que una tarea consolidada en nuestras instituciones, constituye un área de oportunidad para los años por venir. e+a busca ser uno de los factores que impulsen el trabajo de investigación en las normales.

El proceso de reforma educativa por el que transitan las normales actualmente es momento propicio para el trabajo de reflexión y análisis. Siempre debemos tener presente que la educación es uno de los caminos privilegiados para el mejoramiento de las personas y de la sociedad, y para contar con una educación de mejor calidad, el estudio, la discusión crítica y la investigación educativa son tareas fundamentales.